El camino de retorno
Hoy me ha tocado ver "Siberia Monamur", una película rusa de 2011 en la cual un abuelo y su nieto viven en la Taiga, en ese ambiente tan hostil para nuestra vida, donde reinan los perros salvajes que acechan a cualquier desprevenido transeúnte que caiga entre sus feroces fauces. La bestialidad no sólo está presente en estas fieras, también por el film desfilan bandidos sin escrúpulos, militares depravados y toda la crudeza de quienes viven al límite de lo salvaje.
Otra mirada en torno a la vida, diametralmente opuesta a la que planteé anteriormente tras ver "Bajo la misma estrella".
Sin embargo, no dejo de rescatar una advertencia que ya noté durante la proyección misma de "Into the wild" (EEUU, 2007): nuestro reencuentro con la naturaleza no debe estar excento de los principios fundamentales de la supervivencia. Entonces, en ambas proyecciones podemos ver el resultado de un necio desafío a las adversidades y las inclemencias de las zonas más inhóspitas del planeta.
Justamente por considerarnos una especie más que debe asegurar su supervivencia en condiciones adecuadas es que lo debemos hacer en zonas que correspondan con nuestra esencia homínida, y la tundra no es precisamente una de ellas. Cuanto más nos alejemos de los lugares adecuados, más dependeremos de la tecnología (en el sentido amplio del término) para poder sobrevivir, y por lo tanto más nos alejaremos de nuestra esencia.
Hoy me ha tocado ver "Siberia Monamur", una película rusa de 2011 en la cual un abuelo y su nieto viven en la Taiga, en ese ambiente tan hostil para nuestra vida, donde reinan los perros salvajes que acechan a cualquier desprevenido transeúnte que caiga entre sus feroces fauces. La bestialidad no sólo está presente en estas fieras, también por el film desfilan bandidos sin escrúpulos, militares depravados y toda la crudeza de quienes viven al límite de lo salvaje.
Otra mirada en torno a la vida, diametralmente opuesta a la que planteé anteriormente tras ver "Bajo la misma estrella".
Sin embargo, no dejo de rescatar una advertencia que ya noté durante la proyección misma de "Into the wild" (EEUU, 2007): nuestro reencuentro con la naturaleza no debe estar excento de los principios fundamentales de la supervivencia. Entonces, en ambas proyecciones podemos ver el resultado de un necio desafío a las adversidades y las inclemencias de las zonas más inhóspitas del planeta.
Justamente por considerarnos una especie más que debe asegurar su supervivencia en condiciones adecuadas es que lo debemos hacer en zonas que correspondan con nuestra esencia homínida, y la tundra no es precisamente una de ellas. Cuanto más nos alejemos de los lugares adecuados, más dependeremos de la tecnología (en el sentido amplio del término) para poder sobrevivir, y por lo tanto más nos alejaremos de nuestra esencia.
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